Autor: Dolores Redondo
Editorial: Destino
Género: Novela negra / Novela policíaca
Una
mujer denuncia que la muerte súbita de su nieta, oficialmente una muerte de
cuna, le parece sospechosa tras el comportamiento extraño del padre de la niña,
que ha sido detenido cuando intentaba robar el cadáver pronunciando palabras
inconexas acerca de entregar a su propia hija. El bebé tiene unas marcas
rojizas en el rostro que indican que ha habido presión y parece claro que ha
sido asesinada. La abuela de la pequeña habla de una criatura mágica de la
zona, un ser maléfico, causante de las pesadillas que producen en el durmiente
una inmovilización que les impide despertar. Se trata del inguma, el ser que
arrebata la vida durante el sueño. La investigación de este caso llevará a
Amaia y a su equipo a descubrir algunas irregularidades en casos parecidos que
se produjeron en el valle en el pasado, demasiados casos en una zona
relativamente pequeña.
Y
entonces, trasladado por orden del juez Marquina, el asesino Berasategui
aparece muerto en su celda, tras un coma inducido por una droga que alguien ha
tenido que facilitarle.
OPINIÓN PERSONAL
El
tercer y último libro de la trilogía Baztán comienza un mes después de Legado
en huesos. En esta ocasión, Amaia recibe una llamada de sus compañeros: una
bebé ha fallecido por la noche y la causa aparente es muerte cuna. Sin embargo,
pronto tendrán razones para sospechar del padre de la niña, del doctor
Berasategui y de una red de personas de una magnitud más grande de la que se
imaginan.
No quiero
contar muchos avances ni hacer spoilers, únicamente hablaré de los
protagonistas y de la evolución de la trilogía en esta última parte. Amaia se
siente todavía muy insegura, está convencida de que su madre sigue viva en
alguna parte y sabe que no su mente no podrá descansar hasta que dé con ella.
Flora y Ros muestran una madurez que no se había visto en El guardián invisible
ni en Legado en los huesos, las relaciones en el cuerpo de homicidios entre
Jonan, Zabalza, Iriarte y Montes pasan por distintas fases, desde los enfados y
envidias, hasta la admiración y lealtad. Se nota que la autora ha desarrollado
psicológicamente los personajes en general sin olvidarse de sus aspectos característicos
de personalidad.
De
nuevo, presenciamos seres de la mitología vasca, aunque en esta parte no se
desarrolla tanto la parte de ficción mitológica. Aparece Inguma, un ser
maléfico que roba el aliento a los niños menores de 2 años cuando duermen
tranquilamente por la noche. También se vuelve a mencionar el río Baztán o
Bidasoa en la parte de Gipuzkoa, como símbolo de pureza y limpieza.
Este
libro me ha suscitado más emociones y sentimientos. En primer lugar, al ser un desenlace
es más doloroso e intenso que los demás, y la investigación te mantiene en
constante tensión hasta el final. Si bien es cierto que se puede predecir el
final del libro, se va complicando la historia con más personajes.
Un final de trilogía muy esperado,
conserva todos sus elementos característicos desde el principio hasta el final.
Una historia adictiva, mágica, te pone los
pelos de punta.
Una obra maestra.
A mí esta trilogía también me enganchó muchísimo. Disfruté taaaaaaaaaanto...! No he vuelto a leer a la autora, pero espero hacerlo pronto. Un saludo!
ResponderEliminarBuenísimo... Toda la trilogía es buena... Pero el ser sobrenatural que trata esta entrega me puso los pelos de punta...
ResponderEliminarNo me gustó mucho la decisión que al final toma Amaia respecto al juez (tú ya me entiendes), me pareció un poco soberbia cuando piensa que al final ha encontrado a "un igual"
Y parece ser que el final queda un poco abierto,no?
Y por supuesto hacer mención al epílogo... Saber de donde sacó la idea la autora para escribir las trilogía me puso los pelos de punta también...